Las familias nunca estamos preparadas para que nuestro hijo, marido, esposa, padre o hermano sufra un DCA. El impacto de los primeros momentos es demoledor, pero aún más es el proceso en el que se ven inmersos los familiares hasta que, finalmente, llegan a comprender y aceptar qué es lo que realmente ha sucedido. En la mayoría de los casos, se debe empezar atendiendo y respondiendo a las necesidades y conductas de nuestro afectado, siendo lo más difícil y doloroso…